La dieta atlántica
Con el paso de los años se reconoce la dieta atlántica como una manera de alimentarse propia de Galicia. Aunque el concepto se remonta a unos veinte años atrás, lo cierto es que ya hace mucho tiempo que se estudia. Numerosas investigaciones consideran la dieta atlántica como un factor que podría explicar en buena parte la mayor longevidad de la población gallega en comparación con otros territorios de la península. Las características principales, según la Fundación Dieta Atlántica, serían:
- Consumo abundante de alimentos de temporada, frescos, locales y apenas procesados
- Abundancia de vegetales: verduras y hortalizas, frutas, cereales (pan con grano entero), patatas, castañas, nueces y leguminosas.
- Consumo frecuente de pescados y mariscos frescos, congelados o en conserva.
- Consumo de leche y derivados lácteos, en especial, quesos.
- Consumo de carne de cerdo, ternera, caza y aves.
- Consumo de vino con las comidas y en cantidades moderadas.
- Uso de aceite de oliva, tanto para cocinar como para adobos.
- Preparación culinaria preferente: cocido, guisado y brasa.
La Fundación Dieta Atlántica, promovida por la Universidad de Santiago, hace una serie de recomendaciones saludables que nos pueden ayudar como, por ejemplo:
- Consumo de pescado y marisco tres o cuatro veces por semana, por su aporte en proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos omega 3, calcio, vitamina D y elementos traza.
- Consumo abundante de cereales, patatas y legumbres. Fuente de hidratos de carbono complejos y fibra alimentaria. Se recomienda el uso de la cocción cómo técnica en la preparación culinaria de la patata, y el consumo de pan con harinas de menor extracción.
- Consumo elevado de frutas y hortalizas, ricas en antioxidantes.
- Consumo diario de leche y derivados, por su excelente aporte de vitaminas de alto valor biológico, hierro y equivalentes de niacina.
- Preparación sencilla de los alimentos, para mantener la calidad y valor nutritivo de las materias primas.
- Consumo abundante de líquidos, especialmente agua. Debido al clima y características del suelo, nuestra agua nos aporta una gran riqueza de minerales. El consumo moderado de vino en las comidas es beneficioso para la salud, por los compuestos antioxidantes que nos proporciona.
- Hacer ejercicio físico es fundamental junto con una dieta equilibrada.
Investigadores de la USC afirman que la dieta atlántica genera una huella de carbono mínima. Recomiendan el consumo de productos de temporada y de proximidad, por lo que es, además de saludable, sostenible con el medio.
Nuestra recomendación es que además de consumir producto fresco local y de proximidad, comprar en el comercio local, y conocer nuestro entorno natural, seamos conscientes de que estas prácticas nos ayudarán en nuestra salud, en nuestra economía, en la conservación de nuestro patrimonio cultural y sin duda, en nuestro bienestar.
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